"En esto, le vino al
pensamiento cómo le haría, y fue que rasgó
una gran tira de las faldas de la camisa, que andaban colgando, y diole once
ñudos, el uno más gordo que los demás, y esto le sirvió de
rosario el tiempo que allí estuvo, donde rezó un millón de avemarías. Y lo que le fatigaba
mucho era no hallar por allí otro ermitaño que le confesase y con quien
consolarse; y así, se entretenía paseándose por
el pradecillo, escribiendo y grabando por las cortezas de los árboles y por la
menuda arena muchos versos, todos acomodados a su tristeza, y algunos en
alabanza de Dulcinea.
(...)
Llenósele la
fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de
pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y
disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que
era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia
más cierta en el mundo. "
Rasgar: rajar o romper en dos o más partes o tiras un papel,
una tela u otra cosa de poca consistencia y resistencia sin la ayuda de ningún
utensilio
Ñudos: lazo que se
estrecha y cierra de modo que con dificultad se pueda soltar.
Hallar: encontrar
Ermitaño: persona que vive en la ermita y cuida de ella
Alabanza: expresión o conjunto de expresiones con que se alaba
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